Por Eugenio Sanó Bretón

Siete candidatos apoyados por diferentes fuerzas políticas son los contendientes. Todos han
estado enfrascada en sus actividades proselitista con la intención de ser las
favorecidas con el voto ciudadano.
Es feroz el ambiente de campaña que se respira, con
acusaciones de corrupción, informaciones que confunden, datos falsos,
descredito al opositor y gastos excesivos de recursos y hasta actuaciones en sustitución
del gobierno.
Junto a esto la actitud triunfalista por parte de los
seguidores, partidarios y aliados de los tres candidatos que más han invertido
en campaña política y que más difusión han tenido en los medios de comunicación.
Los tres candidatos expresan, al igual que sus respectivos
partidos, que ya el triunfo está asegurado y que sus simpatizantes pueden ir
preparando la celebración. Estas declaraciones se presentan amén de que, en la mayoría
de las encuestas, sale en un aventajado primer lugar, un mismo candidato.
En realidad el triunfalismo se percibe y se siente en los
seguidores de los tres candidatos, Gonzalo Castillo, del Partido oficialista, de
la Liberación Dominicana (PLD); de la principal fuerza de la oposición Luis
Abinader, del Partido Revolucionario Moderno (PRM); Leonel Fernández, del Partido
Fuerza del Pueblo (PFD), antiguo Partido de los Trabajadores Dominicanos (PTD),
quien fue presidente de la Republica Dominicana, en tres periodos, por el PLD,
del cual era su presidente hasta
noviembre del pasado año dos mil diecinueve (2019).
Los demás partidos y candidatos han sido invisibilidades por
los medios de comunicación. Al parecer su poca solvencia económica o su posición
frente a la situación nacional, ahuyenta a los sectores de poder. De esta
manera les niegan a la población la posibilidad de conocer otras candidaturas y
de tomar sus propias decisiones.

A traves de los medios de comunicación se han creado muchas
expectativas, con muchas declaraciones a favor y en contra de los tres
candidatos favorecidos. De cada uno se
presenta lo mejor. También de los tres aparecen muchas denuncias de corrupción
y de malversación de recursos.

Lo triste del caso es que el triunfo es seguro. Como quiera
ganan. Y realmente es triste, porque estos ganadores, no necesitan las elecciones
ni la participación ciudadana para triunfar. Tampoco necesitan elecciones para beneficiarse
de las decisiones y políticas de quien esté gobernando, incluyendo la impunidad.

Esperan también un servicio de salud que rompa con el sistema
que se la niega actualmente; un Sistema de Seguridad Social que rompa con el
sistema de inseguridad social que se vive hoy y una justicia que rompa con el
sistema de injusticia reinante.
Igual se espera que se creen y apliquen políticas que
garanticen empleos formales con salarios justos para la gran cantidad de
desempleados y chiriperos, de tal manera que se abandone la práctica de
mendigar una tarjeta clientelar de ayuda social.
En las últimos 6 décadas todos los candidatos presidenciales que
ha tenido el país, a excepción de Juan Bosch, han prometido cumplir con las
leyes, someter a la justicia a los corruptos y ladrones; ofrecer verdadero
servicio de salud, de educación, de agua y saneamiento y obras de
infraestructuras para mejorar las condiciones de la vida de la población.
Pero esto se ha dado de manera muy lenta. Sin embargo lo que sí
es innegable es el acelerado crecimiento económico de líderes políticos que
llegaron al poder sin nada y hoy exhibe grandes fortunas.
Cuando uno se pregunta por quien votar. Yo respondo vote por
el que usted quiera, pero sepa que no es suficiente votar para lograr que el
país cambie y se logre la dignidad que bien merece este pueblo. Abramos los
ojos. Piense en que más usted necesita hacer….
Eso creo, no solo con el voto. Pero tenemos que salir de esta clase perversa, corrupta y ladrona. Como ciudadanas y ciudadanos tenemos que encaminar os al cambio de sistema político imperante en nuestro país.
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