miércoles, noviembre 26, 2014

Un pueblo sediento de justicia y transparencia

Por Franklin Pimentel Torres. 15 de noviembre de 2014
No debemos olvidar que ha sido el mismo ministerio público, representado por el procurador Domínguez Brito y la fiscal del distrito Yeni Berenice Reynoso quien han instrumentado los cargos contra Félix Bautista, y fueron esas mismas personas las que archivaron el expediente contra Leonel Fernández presentado por Guillermo Moreno
“Que fluya el derecho como agua y la justicia como un río inagotable” (Am 5,24).
Si hacemos un poco de memoria histórica sobre la historia geo-política de este territorio nuestro, desde la llegada de los colonizadores europeos, podemos afirmar que el pueblo originario de la isla siempre ha estado sediento de justicia, de transparencia y de una distribución equitativa de las riquezas, que son patrimonio de todas las personas que habitan en el territorio isleño. Y siempre ha habido personas,  grupos de personas, movimientos y coaliciones que han buscado los mejores intereses de las mayorías populares.


En la historia nuestra ha habido voces significativas que se han alzado en defensa de los mejores intereses públicos;  de los derechos de las personas más abusadas, excluidas y empobrecidas. Recordemos la voz profética de Montesinos, la rebelión indígena  contra la explotación de los conquistadores, la rebelión e indignación negra, la creación de manieles y palenques y la creación, como consecuencia, del Estado haitiano; el pensamiento inspirador de Juan Pablo Duarte y los Trinitarios, la gesta patriótica de los restauradores; las intuiciones pedagógicas de la escuela Normal fundada por Eugenio María de Hostos y del Instituto de Señoritas gestionado por la poetisa Salomé Ureña, como espacios de formación de la conciencia ciudadana.  En el siglo XX, podemos destacar la rebelión de los llamados gavilleros ante la invasión norteamericana de 1916-1924; los liderazgos que enfrentaron los desmanes de la tiranía trujillista;  la frescura de la constitución y el gobierno de Juan Bosch del 1963, la revolución constitucionalista  del 1965;  y, en las últimas décadas, el enfrentamiento de los desatinos de los gobiernos de la época post-trujillista, liderados por los líderes partidarios del PRSC, PRD y el PLD.

En ese recuento histórico debemos destacar, además, una historia de desfalco, de violencia institucionalizada, de impunidades y de complicidades entre las que podemos destacar todo lo relacionado con la masacre realizada por los colonizadores-invasores europeos, las etapas del trabajo esclavo de los negros y negras, los gobiernos caudillistas y conservadores tanto del pueblo haitiano, como del pueblo dominicano.

La coyuntura histórica actual coincide con una etapa de declive del proyecto neoliberal capitalista, que prioriza los intereses de las oligarquías transnacionales y nacionales sobre las políticas públicas orientadas a mejorar las condiciones de vida de los grupos mayoritarios de nuestras sociedades isleñas, caribeñas y latinoamericanas. En República Dominicana eso se manifiesta en la imposición de una economía fundamentada en servicios (turismo, zona franca, exportación de mano de obra barata) de explotación y exportación de minerales,  de puente para el tráfico de drogas, que tiene en el mercado norteamericano y europeo sus principales centros de venta y consumo.

Es en ese contexto en que el pueblo dominicano se pregunta si habrá finalmente justicia en el caso de quienes han desfalcado el  Estado Dominicano y al pueblo dominicano y han pretendido convertir el territorio en un feudo al servicio de sus intereses, irracionalidades y desafueros. Quienes han promovido el “borrón y cuenta nueva” o el “no tirar piedras hacia atrás”. Por otro lado, conocemos ya lo que ha pasado con los banqueros desfalcadores de los bienes del Estado. Algunos fueron por un tiempo a la cárcel, es verdad; sin embargo la magnitud de los hechos hubiera requerido una pena mayor y una real indemnización al Estado y al pueblo dominicano. Además, de que una buena parte de los bienes adquiridos con el desfalco de dinero de los ahorrantes no fueron confiscados ni incorporados al patrimonio nacional.

El expediente que se le ha elaborado desde la procuraduría de la República al actual senador de la República Félix Bautista significa un hecho inaudito en la historia judicial del país. ¿Significa eso que habrá justicia? Eso está por verse. No obstante, es importante que esto se haya hecho, a pesar de que es tal la magnitud del desfalco al Estado, que el dinero envuelto en este caso  sólo representa una pequeña parte  del dinero envuelto en  la corrupción. Uno sabe, además, que este expediente podría estar involucrando a muchas otras personas, comenzando por el que fue presidente de la República, cuando ocurrieron los más grandes casos de corrupción de los últimos tiempos.

No debemos olvidar que ha sido el mismo  ministerio público, representado por el procurador Domínguez Brito y la fiscal del distrito Yeni Berenice Reynoso quien han instrumentado los cargos contra Félix Bautista, y fueron esas mismas personas las que archivaron el expediente contra Leonel Fernández presentado por Guillermo Moreno, por montar una Fundación utilizando fondos de contratistas del Estado; incluyendo entre ellos, como uno de los principales colaboradores, a Félix Bautista, quien fungió como juez y parte, como secretario de Estado y al mismo tiempo como contratista de las obras del Estado.

En la actualidad tenemos una ocasión propicia para que se dé, por primera vez en la historia nacional, un juicio contra un funcionario acusado de desfalco del Estado, como Félix Bautista y  que involucra a toda una corporación, que según la reciente encuesta Penn, Schoen & Berland ha liderado un gobierno que ha contado con los funcionarios más corruptos de la etapa post-trujillo-Balaguer y que ha sido probablemente uno de los gobiernos más corruptos de la historia nacional.

Las reacciones de rechazo  a Leonel Fernández, Víctor Díaz Rúa, a Félix Bautista y compartes en Nueva York, y en South Beach. Así como los juicios populares contra Leonel Fernández que se hicieron a finales del 2012, cuando ocurrió el déficit fiscal de más de 200,000 pesos, así como las protestas de grupos juveniles frente a la sede central de Funglode; la protesta realizada en el lugar en donde Leonel Fernández y sus seguidores montaron un espectáculo de auto-validación, con la excusa de dar una entrevista guiada por un periodista extranjero; la presencia de jóvenes en frente del Teatro Nacional en donde se aperturaba el festival de cine promovido por Funglode en esta semana; la protesta ante la presencia de Leonel Fernández en la OEA, entre otros, indican que el movimiento de protesta e indignación contra quienes desfalcaron al Estado va en crecimiento.

Las reacciones de ese grupo de corruptos ante la expresión de indignación serán cada vez más violentas; de ahí se explica la violencia ejercida a finales del 2012 contra los jóvenes que se apostaron junto a Funglode para denunciar las consecuencias del enorme déficit fiscal y el consiguiente “paquetazo fiscal”, implementado por el actual gobierno para intentar equilibrar la balanza de la economía nacional. Eso lo confirma, también, la escena del re aparecimiento de los ya llamados “paleros de Leonel” golpeando a periodistas y a manifestantes. Pues cuando no hay razones para defenderse con la razón, la única salida a la que se suele apelar es a la más burda violencia.

La lucha contra los desatinos de la oligarquía gobernante, como haber intentado desnacionalizar a más de 200,000 dominicanos y dominicanas de origen haitiano, el haber construido cortes al servicio de los intereses de la oligarquía nacional,  como el Tribunal Constitucional y  El Tribunal Superior Electoral; la lucha contra la preservación del convenio con la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como forma de asegurar la defensa de los derechos atropellados por los poderes fácticos gobernantes, nos exige lucidez de mente, claridad de principios, y unión de esfuerzos, y de voluntad decidida para no permitir que siga habiendo impunidad ni más desafueros de las llamadas artes cortes.

Además, será necesario que vayamos contemplando la necesidad y la posibilidad, en un futuro próximo de cambiar la Constitución, no para promover la reelección de Danilo Medina o de otros gobernantes, sino para proponer, entre otras cosas, la eliminación del Tribunal Constitucional, del Tribunal Superior Electoral, de una de las dos cámaras. Será necesario además, la ruptura con el método de elección de los jueces de la Suprema Corte de Justicia, pues mientras su elección esté dependiendo del poder partidario de turno, no habrá real independencia de ese importante poder del Estado.

Es tiempo de aunar esfuerzos nacionales, isleños e internacionales para que prevalezca el derecho de las y los más empobrecidos que habitan el territorio isleño: los derechos y deberes de dominicanos y de los haitianos. Eso supone unir esfuerzos comunes para luchar contra los abusos de la alianza de una élite que sigue lucrándose con el trabajo explotador de las y los más débiles y con un dolor humano sin límite.


Se hace urgente la alianza táctica entre el sector educativo, el sector de la prensa consciente, las organizaciones defensoras de los derechos humanos, tanto a nivel nacional, como a nivel isleño, caribeño, latinoamericano y mundial. Pues es necesario mantener la esperanza y la utopía de que es posible la construcción de un mejor país; pues, tal como señaló el profeta bíblico Amós, es necesario,  “Que fluya el derecho como agua y la justicia como un río inagotable” (Am 5,24).

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