domingo, enero 11, 2015

Candidatos sin programa, que propósito oculta

Por Eugenio Sanó Bretón
En la medida que se acerca el 2016, se acrecientan las actividades de los partidos y los precandidatos a cargos electivos. Los carteles, vallas y anuncios radiales y televisivos copan todos los espacios. Junto a estos las actividades cotidianas y el ensordecedor ruido de las Disco-light, en los barrios, comunidades, pueblos y ciudades.




De acuerdo a datos de especialistas en materia política, en la actualidad existen en el país cerca de 30,000 aspirantes a cargos electivos, a regidores, alcaldes, diputados, senadores y a la presidencia. Muchos con grandes discursos, otros con pocas palabras, pero todos y todas presentándose como los salvadores, ante una población sedienta de cambio, de atención y de solución a problemas personales y colectivos.

En una reciente e informal encuesta realizada en los municipios de Haina y San Cristóbal, les preguntaban a las personas si conocían a los aspirantes a los diferentes cargos electivos. Todas respondieron conocer por lo menos en foto  o medio de comunicación a varios de estos.

Al preguntársele si conocían de sus programas o propuesta a desarrollar, nadie admitió conocerlas. Esto es grave. Yo tampoco he escuchado propuesta alguna de ningún candidato o precandidato interesado en ser electo a un cargo público.

Me pregunto, ¿si no tienen programa, se deberá a que no tienen capacidad para hacerlo?, ¿no conocen la realidad de la localidad? o ¿no tienen intención de realizar una gestión acorde con las necesidades y expectativas de la gente?. No tengo la respuesta, contésteme usted que está leyendo este artículo.

Será que tienen un plan oculto, que nadie debe saber, pero que probablemente muchos tengan que sufrir. O realmente tienen una interesante propuesta y quieren sorprender a la ciudadanía con acciones loables de soluciones y respuesta a las demandas sociales. No se…

En la actualidad hay en el país muchos reclamos y mucho sufrimiento de sectores sociales por el incumplimiento de las funciones públicas de personas electas para cargos electivos públicos en las pasadas elecciones, por la ausencia de transparencia en el manejo de los recursos y por la incapacidad y falta de voluntad mostrada para atender sus responsabilidades.

Muchas o casi todas las personas que fueron beneficiadas con el voto en la contienda electoral pasada y que no han cumplido con sus funciones,  desean continuar en la misma posición o ser elegida en otros cargos.

También otras que fueron electas anteriormente y perdieron por incumplimiento, hoy quieren pintarse de interesadas en la gente y presentarse como las más pulcras para el mismo cargo u otro.

Pero lamentablemente para ellos, la población ya no piensa como antes. El pueblo votante ha abierto los ojos. En la mayoría de los casos posee múltiples necesidades sin resolver, con múltiples promesas incumplidas.

Pero ya conoce y sabe en quien no confiar. Este es un primer paso en lo que se averigua en quien confiar.

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