domingo, marzo 15, 2015

Los Fondos para la Campañas Politicas

Por Eugenio Sano Breton
La campaña electoral se hace cada vez más costosa, para quienes aspiran a cargos electivos. En otros tiempos las actividades proselitistas las financiaban los partidos y los candidatos participaban haciendo poco aporte. Los reducidos fondos del congreso y los ayuntamientos en ese entonces, no facilitaban en enriquecimiento de sus incumbentes.


Con los aumentos de los presupuestos en el congreso y los ayuntamientos, en la década del noventa, los cargos congresuales y municipales aumentaron su nivel de atracción. Lo que ha desatado una ola de aspirantes a posiciones municipales o  congresual, que en cada elección aumenta más.

Muchas son las personas, en los partidos, que se consideran merecedoras de estas posiciones y se lanzan, primero a lograr la candidatura y luego alcanzar la posición electiva. Muchas de estas sin cumplir con los requisitos legales y otros sin contar con las capacidades ni el conocimiento de la función del cargo.

En las décadas anteriores a los años noventa y todavía hasta el mil novecientos noventa y cuatro (1994), los aspirantes a cargos electivos, en su mayoría eran personas líderes, tanto en el partido como en la sociedad. Eran personas preparadas y con alto prestigio y moral social.

El aumento de los fondos en los ayuntamientos y el congreso,  además de la presencia del hombre del maletín, cambio la dinámica, aumentaron las ambiciones y el número de aspirantes. Ahora son decenas las personas que aspiran al mismo puesto en cada partido. Ya los méritos sociales y la moral dejó de tomarse en cuenta como criterio importante, para ser elegido a cargos electivos municipales o congresuales.

Las ansias por ganar las elecciones provocan a lo interno de los partidos confusión, desacuerdo y pérdida del horizonte partidario. Se le da más cabida a las palabras del aspirante o aspirantes, que a los dirigentes del partido.

Los aspirantes y su equipo usan toda clase de estrategia y estratagema para gerenciarse el favor de sus partidarios, así desarrollan campañas internas de persuasión y de chantajes, también de promesas de empleo, de dinero, recetas y regalos. Son capaces también de dañar la reputación de su contendor, inventando falsos rumores. Todo esto con el único propósito de lograr la mayoría necesaria para ser el candidato.

En cierta forma los partidos en tiempo de precampaña funcionan como una especie de mercado o compraventa. Muchos de los miembros se disponen a esperar al que más le ofrezca para decidirse. Así los regalos, canastilla, recetas, compritas, logística, celebraciones y las promesas están a la orden del día, junto a las vallas, carteles y otros gastos propagandísticos. Todo esto significa un gasto de montones de dinero. Por lo que en cualquier provincia se gastan durante la campaña cientos de millones de pesos.

En un municipio de aproximadamente ochenta mil (80,000) habitantes para lograr ser candidato a regidor o regidora se debe invertir o despilfarrar más de un millón de pesos. Para ser sindico o alcalde se requerirán en toda la campaña más de cincuenta millones (50,000,000), para ser diputado más de diez millones(10,000,000) y para ser senador mas de cincuenta millones (50,000,000). Estamos hablando entonces de la industria electoral, pues la cantidad de millones que circula es enorme y si estuviera dirigida a la creación de empleos estables o inversiones sociales, fuera significativo el cambio en la población.

Pero surge la siguiente pregunta:¿de dónde salen todos esos fondos. La duda y las preocupaciones llenan la mente del que desee respuesta. Esto es debido a las denuncias realizadas a varios funcionarios públicos. A unos por haberse enriquecido de manera ilícita con la sustracción de dinero público y a otros de recibir apoyo con dinero del crimen para sus campañas electorales.

Sabemos también que hay personas adineradas y entidades productivas que invierten en la campaña, de algunas personas aspirantes a regidor, alcalde, diputado y senador, como también a la presidencia. Pero como su nombre lo indica es una inversión. Toda inversión tiene un interés marcado y por lo tanto hay que pagar el precio. Unos quieren que se le pague en efectivo con un alto interés, otros con facilidades como leyes y resoluciones que le favorezcan, para así maniobrar en el municipio o en el país.

 Debe señalar que hay aspirantes que tienen sus propios recursos, logrados con sus negocios o empresas, otros reciben apoyo financiero de sus familias.

En fin, el dinero no es una ayuda. Es una aportación a manera de préstamos, que se paga con altos intereses o con facilidades, casi siempre dañina para la población.

Cabe entonces la siguiente pregunta, Sabe usted de donde provienen los fondos de campaña de su candidato o candidata y cuales compromisos ha hecho con terceros. Si es de esta manera que se puede ganar una posición electiva, por qué tantos aspirantes. Qué es lo que buscan con su aspiración.

Sabemos que la población aspira a tener gobernantes que trabajen para que la gente pueda vivir mejor, con dignidad, con servicios, con seguridad, con democracia e igualdad de derechos. Para lograr esto se requiere de aspirantes, candidatos y funcionarios, conocido por su trayectoria social, comprometido con la lucha y el trabajo a favor de la gente y de las mejores causas y con pronunciamiento en contra de las acciones dañinas y de los que las cometen.

Entonces viene la pregunta, cuál o cuáles de los aspirantes que usted conoce, dentro o fuera del partido de su simpatía, cumple con las aspiraciones de la población y ha hecho las demostraciones de trabajo, lucha y denuncia que lo avalen.

A pesar de los planteamientos anteriores, sabemos que existen candidatos potables reconocidos por la población, las organizaciones y las comunidades por su lucha constantes a favor de la gente. Estos son bien conocidos, regularmente no tienen recursos, tampoco reciben financiamiento, pues no están dispuestos ni dispuestas a aceptar fondos de cualquier origen.


Esos son los que necesitamos y para que ganen solo falta que los apoyemos, los promovamos y votemos por ellos.

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