Franklin Pimentel Torres, 12-4-17
El pasado sábado estuve viajando por mi tierra de la montaña, por los
municipios de Constanza y Jarabacoa. Estuve transitando por las carreteras de
Jarabacoa al Río de Constanza y de Constanza al Abanico, desde donde tomé
la autopista Duarte para regresar a San Cristóbal. Ambas carreteras fueron
reconstruidas con soborno y sobrevaluación por Odebrecht, durante el último
período del gobierno presidido por Leonel Fernández (2008-2012). Además, ambas
carreteras ya están llenas de hoyos y en muchos tramos ya se les está
destruyendo la principal capa asfáltica.
Mientras transitaba por las mencionadas carreteras pensé: pero ¡qué cruz
tan pesada, qué largo el camino! El de un pueblo que es robado, asaltado por
una banda de malhechores locales e internacionales que se apropian de los
bienes públicos impunemente, pues en el caso de estas carreteras, como ha
ocurrido en otras comunidades del país, no sólo fueron sobrevaluadas, sino que
fueron mal hechas, de tal manera que el engaño ha sido doble.
En el contexto de esta Semana Santa una buena parte de la
población tomará estos días de asueto, de descanso, pero otras personas
participarán en reflexiones, en celebraciones religiosas y en viacrucis.
Propongo a las familias, a las Juntas de Vecinos, a los grupos comunitarios, a
las organizaciones de jóvenes, de profesionales y a las personas envueltas en
el Movimiento Verde sacar un poco de tiempo y hacer una caminata reflexiva que
podríamos titular: viacrucis por el castigo de los corruptos y la devolución al
pueblo dominicano y a las comunidades del dinero robado. Propongo, además, que
las comunidades que han sido víctimas del robo por parte de quienes han
construido obras públicas, como carreteras, escuelas o centros de salud, sean
las primeras en levantar su voz y se mantengan unidas a la lucha del movimiento
de la Marcha Verde que exige el fin de la corrupción y de la impunidad.
Consideramos 7 áreas en donde ha habido grandes hechos de corrupción que
además, han quedo en la más absoluta impunidad:
Estación 1: La sobrevaluación y la apropiación de los
invernaderos por funcionarios públicos en el gobierno de Hipólito
Mejía (2000-2004) y los fraudes cometidos por los importadores de alimentos,
así como por los intermediarios en la importación de alimentos, mientras que no
se incentiva lo suficiente la producción nacional.
Estación 2: La corrupción, las sobrevaluaciones y los
vicios de construcción de las obras construidas por Obras Públicas y por la
OISOE, ambas dependencias especializadas en la corrupción pública. Ahí
recordemos casos tan sonados como el de la Sun Land, las grandes
construcciones como el Metro de Santo Domingo, los edificios de la UASD,
la remodelación de los edificios de Bellas Artes, la construcción del edificio
de Funglode, y la compra sobornada y sobrevaluada de los Tucanos, en los que
está envuelto el “trío de la maldad”, compuesto por Félix Bautista, Leonel
Fernández y Víctor Díaz Rúa, líderes visibles de la gran corrupción de la
corporación económico-partidaria que he llamado el PL-Leonelismo (PLL).
Estación 3: Mal uso del dinero del 4% para educación y del
escaso 2% destinado a salud. El dinero del 4% está siendo mal usado. Una
buena parte del mismo se va en las sobrevaluaciones en la construcción y en la
compra de terrenos; en las comisiones del programa de alimentación escolar, en
las nóminas abultadas de los distritos, regionales y del nivel nacional. Por
otro lado una buena parte del reducido presupuesto para la salud se está
empleando en comisiones, sobornos y sobrevaluaciones en la construcción de los
hospitales, comenzando por el Darío Contreras cuyo costo de reparación se
duplicó, sin aparente justificación.
Estación 4. La apropiación por particulares de los terrenos
públicos y de las zonas protegidas. Como parte del saqueo de los bienes
públicos están los casos de los terrenos del Consejo Estatal del Azúcar,
del barrio de Los Tres Brazos. Y de los parques nacionales y zonas protegidas
como Bahía de las Águilas, Valle Nuevo, Los Haitises, así como el intento de
apropiarse de los terrenos de Loma Miranda por parte de la multinacional
Falcondo.
Estación 5: Dinero público malgastado por los líderes partidarios
para mantenerse en el poder o recuperarlo una vez que lo han perdido. Ahí
consideramos el caso de Hipólito Mejía cuando intentó reelegirse, el caso de
Leonel Fernández que hizo campaña por él mismo en el 2012, de cara al 2020
provocando un déficit fiscal de más de 200,000 pesos y sobre todo el proyecto
reeleccionista de Danilo Medina y su grupo económico-partidario, con la reelección
del 2016. El costo para el erario público de esta última aventura todavía no ha
sido cuantificado en toda su magnitud.
Como parte del dinero gastado en los proyectos reeleccionistas hay que
colocar un buena parte de los recursos que se emplean, de manera clientelar, en
los llamados subsidios a los sectores más empobrecidos como bono-luz, bono-gas,
bono por asistencia a la escuela, tarjeta solidaridad…
Estación 6: El dinero de los salarios de lujo de la oligarquía
financiera gubernamental, de la oligarquía burocrática. Además de los
salarios de lujos que los mismos funcionarios, como los congresistas y las
Altas Cortes, se asignan. Además consideremos el dinero gastado en el
cofrecito, en el barrilito, que forman parte del dinero malgastado en el clientelismo
y asistencialismo partidarios.
Estación 7: Las obras ligadas a la constructora
Odebrecht y sus aliados locales como Acero Estrella para la
construcción de las plantas de Punta Catalina. Sin dudas con los sobornos
pagados y las sobrevaluación de las obras tenemos el mayor escándalo de la
historia de corrupción desde la creación del proyecto de país que se denominó
República Dominicana.
Proponemos que la caminata de esta semana no se quede en el Vía-Crucis
(Camino de la cruz, de la muerte), sino que termine en un Vía-Lucis (camino de
la luz, de la vida, del cese de la corrupción y la impunidad). Por eso es
conveniente concluir la caminata con la última estación, celebrando las luchas
y los logros del movimiento popular a favor de la transparencia y de un actuar
ético y democrático.
Estación 8: Celebración de las acciones encaminadas a lograr el fin de la
corrupción y la impunidad: consideremos las cadenas humanas
realizadas, las marchas verdes de Santo Domingo, Puerto Plata, Santiago, así
como las ya programadas para Azua, San Francisco y San Pedro de Macorís. La
recogida de firma del libro verde, la marcha de las antorchas, el chichiguazo
del pasado fin de semana, así como la presencia del movimiento verde en actos
públicos, como en el estadio de Miami, en las procesiones del Domingo de Ramos,
entre otras.
Es necesario que después de la pausa de Semana Santa retomemos con más
fuerzas la lucha en contra de la corrupción e impunidad, ayudados y conectados
con algunos de los movimientos populares de Brasil y de otros países
latinoamericanos que están luchando por la misma causa. Así la antorcha verde
seguirá iluminando los pasos, la indignación y la lucha esperanzadora de
un pueblo consciente, decidido a cambiar de rumbo, a hacer el tránsito de una
realidad injusta, violenta, y llena de corrupción, a una sociedad en donde se
pueda vivir en paz, en justicia y equidad y se pueda fortalecer y establecer
relaciones de respeto, amor y solidaridad.
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