Más allá de los tiempos, desde el Camino Real, de Los
Desamparados, el ingenio, el muelle y el Manantial, nuestra historia es la
misma, ¡cargando agua!, ¡comprando agua! Burros, alganas,
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Era la imagen de todo nuestro pueblo. ¡Zombis
caminando tras el agua! No basto que el
tanque del Centro, el de la zona de Los Pegueros, o el de la entrada de
Teresandon fueran construidos procurando cambiar la historia y traer tranquilidad
al suplicio de buscar el agua a más de dos kilómetros; al manantial, a la
pared, al puente Troncoso, al rio Haina, en fin, por donde quiera que hubiese
agua.
El ingenio ayudo a sus trabajadores y a muchas
gentes. Llaves publicas poblaron zonas específicas,
las cuales podían hablar de la cantidad de latas cargadas, de bidones llenados,
en fin, de los pleitos y tiranías, del desorden y el caos que significo para
muchos. De las bacterias que desgarraron
nuestros estómagos e intestinos y de los momentos folclóricos, ratos alegres
que supieron ser para muchos de nosotros, niños y niñas que obligados por la
situación y nuestros padres soportamos la esclavitud de tener que cargar el
agua de cualquier lugar.
¡Cuántas madrugadas perdidas! ¡Cuántas horas de juegos
se marcharon en cada lata! ¡En cada viaje! ¡Cuántas horas de estudios supieron alejarnos
del éxito intelectual para hundirnos en la miseria para llenar un tanque cada día!
¡Así paso
nuestra infancia!, la que supo saborear el agua dulce, la salobre, la sucia, la
limpia y la que no servía para nada, solo para trapacear los pisos raídos por
el tiempo, la mala calidad y la pobreza.
Mientras Haina crecía y un gobierno tras otro gobierno
que no asumieron la tarea con fervor, ahínco y decisión.
Hoy, se requieren camiones tanques para poder
cargarlas y llenar cisternas, tinacos, tanques, en fin, empresas cuantiosas que
cercenas nuestros bolsillos cada día.
¡Y mientras un cambio nos dice una cosa por otra y nos
priva de un tener un acueducto suficiente, limpio, de calidad!
¡Oh Maldición de Malinche! Es como la enfermedad del presente que nos
esclaviza y que nos vuelve inútiles, ¡falto de estimas!
¡No bastaron las huelgas, los reclamos! ¡o un Santiago
Castro perdido en las ruedas de una camioneta!
No han bastado los presos, los heridos y los que sufrimos enfermedades
frutos de tanta falta de equidad.
¡No han bastado los llamados, los
Foros y cada una de las protestas desarrolladas! ¡No han bastado los murales,
las echadas de agua de uno o de otro, para convocar los espíritus, que hagan un
Acueducto que colme definitivamente el suministro de agua de calidad para
Haina! ¡No han importado gobiernos ni
cambios, ni tampoco transformar leyes para acomodar cargos a un Mesías que
culmine el suplicio de Haina!
Pero hoy, a pesar de todo esto, del cambio climático y la sequía, ¡aspiramos a tener agua para este pueblo!, ¡aspiramos a tener un acueducto para este pueblo!, ¡aspiramos a inaugurar un acueducto con su planta de tratamiento y dejar que el deporte siga en las canchas y los estadios!
Hoy 22 de marzo,
con el inicio de la primavera, ¡Día Mundial del agua!, aspiramos a inaugurar un
acueducto con agua potable y de calidad para Haina. Y no desmayaremos hasta lograrlo Con Dios
delante.
Por eso convocamos a INAPA y a la comunidad a
encontrar el camino definitivo para que esto se construya bajo el esquema
correcto y bajo la responsable decisión de resolver un problema sin que medien
otros objetivos que no sea el del bien común.
Por eso ¡Clamamos
a ti señor Dios! ¡Para que vea
nuestras penurias! ¡Te pedimos que nos
saques de este suplicio!
¡Te suplicamos
Oye nuestro clamor! ¡Aclara los corazones de todos
para que juntos luchemos sin descanso para que este tema sea superado
definitivamente! ¡En ti confiamos!
Bajos
de Haina, San Cristobal, R.D.
22
de marzo del 2023
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