Por Rafael Sanó Bretón
Hoy recibí el llamado desesperado de un amigo, el cual me explica que acababa de almorzar y escuchaba un sonido ensordecedor, no le permitía hacer la buena digestión. El problema no era tan solo el alto ruido…La situación era las
palabras desde semillas y no de frutas etc.
Ser
joven es una actitud en proyectos no importa la edad. Nadie puede ignorar que
las grandes hazañas fueron ejecutadas por jóvenes. Ejemplo. Nuestro Señor
Jesucristo, fue crucificado a los 33 años, pero sus obras las realizó antes de
cumplir los 30. Guardando la distancia, El Patricio Juan Pablo Duarte cuando
nos coronó como estado libre e independiente, apenas rondaba los 20 años.
Lamentable y
preocupante es que, si no te gusta ese tipo de música, te acusan de ser viejos.
Hoy día la juventud no
tiene ningún parámetro y se piensan, que esas aberraciones, son normales y si
uno de sus pares lucha por salir de esa, negativa realidad, puede ser sujeto de
bulling.
Ese
ritmo, pienso que es algo novedoso que cumple con los requisitos de lo práctico,
pero no de lo bien formado. Lo que lo puede convertir en degeneración son las
letras, carentes de formalidad y de aspectos positivos.
Los
jóvenes son buenos, pero mal orientados. Está de más decir que educación debe
jugar su papel, pero los padres no se quedan atrás, la orientación del hogar es
fundamental. Partiendo de con quienes se juntan tus hijos, que tiempo ocioso
dispone. Los hijos hay que mantenerlos ocupados con cosas que le beneficien, no
tan solo, en el presente si no, también en su futuro.
Yo pienso que todo obedece al interés de algunos en mantener en una narcolepcia mental a los jóvenes. Pienso que la permisividad que tiene nuestro sistema es lo que ocasiona el problema principal. Y a esto quiero añadir que nuestros jóvenes solo son unas víctimas del sistema.
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