Por Eugenio Sanó Bretón

Sin una organización social sería imposible la convivencia de
los seres humanos.
Pero vivir en sociedad no siempre es tan fácil. La misma
exige reglas y normas que limitan al individuo y los obligan a ser cautelosos,
comedidos en sus actuaciones para lograr propósitos y satisfacciones
individuales.
Si bien las sociedades requieren de normativas fuertes,
también requieren instituciones sólidas que la apliquen. Solo así se puede
evitar que las pasiones y ambiciones humanas dañen la convivencia, la justicia
y la sobrevivencia de sus miembros.

De acuerdo a datos históricos, los orígenes de la sociedad están
relacionados a la aparición misma del hombre. En las épocas de la prehistoria existían
las sociedades jerárquicas. Estas contaban con un jefe que tenía este rol por
su Fuerza y Sabiduría superior respecto al resto de la sociedad. Este ejercía
un poder absoluto. Esto perduró hasta que la influencia de la Filosofía Griega
y su planteamiento de la democracia cambio la historia www.importancia.org/sociedad.php-1-10-2017
En la historia de las civilizaciones y de las sociedades se
han establecido múltiples y variadas normas y reglas de funcionamiento. Pero la
existencia de estas no es ni ha sido suficiente para garantizar su cumplimiento
ni la convivencia social.
Para lograr que las sociedades funcionen de manera justa,
ética y democrática, se requiere que los miembros de las mismas estén bien
formados. Que logren desarrollar conocimientos sobre su historia, sus derechos
y deberes, así como de las normas y reglas existentes. Es fundamental también
la formación en valores para lograr que las normas se cumplan no por las
sanciones ante el incumplimiento, sino por conciencia social.
Para esto es necesario la formación en derechos y deberes,
sobre las problemáticas que afectan a la colectividad y requieren ser
superadas, sobre valores como la honestidad, la tolerancia y sobre todo la
empatía, ya que con este último se logrará el desarrollo de las sensibilidades para
frenar al individuo ante la posibilidad de cometer actos que afecten
negativamente a otros.

En
estos tiempos, en que las sociedades están experimentando grandes y rápidos
cambios, es obligatorio hacer partícipe a la ciudadanía de los mismos, de los
problemas existentes y de sus soluciones Sin su presencia consciente los logros
y avances serán menos efectivos.
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