domingo, octubre 29, 2017

Por qué la Formación Ciudadana

Por Eugenio Sanó Bretón.

Vivimos una época marcada por la globalización, los avances tecnológicos, el calentamiento global, las guerras, los hechos violentos generalizados, las múltiples manifestaciones a nivel local, nacional e internacional que procuran más justicia, menos corrupción y mejor ambiente.

Muchos movimientos están exigiendo a las autoridades que tomen medidas y desarrollen políticas que garanticen la convivencia social, prevengan desastres y aumenten las posibilidades de la sostenibilidad.

Pero no es posible lograr la sostenibilidad ni la convivencia social con la baja participación ciudadana y el descredito sistemático de las instituciones públicas, causado por las denuncias de corrupción, enriquecimiento ilícito y el favoritismo al proveer servicios y en la aplicación de justicia.

La apatía y  baja participación ciudadana son producto de la desesperanza social. Esta genera un individualismo que puede llevar a la sociedad a la época primitiva, de sálvese quien pueda.

La ausencia de programas de formación para la participación ciudadana en los procesos sociales y en las decisiones públicas está generando desconocimiento de los avances, poca valoración de lo logrado en la sociedad y sobre todo menos efectividad de las soluciones ejecutadas por las autoridades, a los problemas colectivos.

La ausencia de programas de formación afecta a todos los grupos etareo, fundamentalmente a la juventud, que es un pilar importante en la sociedad.

De acuerdo a los datos del censo más reciente, realizado en el año 2010, la Republica Dominicana tiene una población que ronda los 10 millones de habitantes. De esta cantidad el 33% está entre las edades de 7 y 20 años. Esto indica que el país tiene una población eminentemente joven.

De acuerdo a las estadísticas policiales, el 62% de los actos delincuenciales y de violencia del país son cometidos directa o indirectamente por jóvenes y adolescentes entre 10 y 24 años.

El municipio de Haina no escapa a esta realidad. El mismo está caracterizado por ser un territorio industrial, pero también un municipio caos, debido a las dificultades para la convivencia social y la ausencia de servicios en la cantidad y calidad requeridos.

Dentro de las dificultades más presentes están, en mal manejo y disposición de los desechos sólidos; alto nivel de contaminación provocada por los procesos industriales sin regulación; un tránsito y transporte desorganizado; una gran cantidad de cañadas, que se entaponan cuando llueve; calles sin señales, llenas de muros, reductores y ollos; sectores y calles sin rotular; casas sin numeración regulada; espacios públicos ocupados por particulares; ausencia de lugares sanos para la recreación, diversión y esparcimiento familiar.

Esta situación amerita el desarrollo de acciones diversas, prácticas y creativas, bien concebidas para atender y superar de manera organizada, participativa y con proyección a largo plazo.

También requiere que las autoridades, tanto locales, como nacionales, diseñen y desarrollen programas de formación ciudadana que contribuyan a la participación activa individual y colectiva en el enfrentamiento y solución de problemas sociales, a la convivencia social, al comportamiento ético y solidario, a la creación de identidad y al cumplimiento de los deberes.


Un programa de formación ciudadana, no es la solución a los tantos problemas y dificultades, pero serviría de buena base para hacer que se reduzcan y además puede prevenir la existencia de otro y garantizar sostenibilidad a las soluciones creadas por las autoridades. Por otro lado contribuye a lograr mejores condiciones para la convivencia social, desarrollando actitudes más proactivas y positivas en los ciudadanos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

vida